¿Pago más IRPF en función de dónde viva?

¿Pago más IRPF en función de dónde viva?

Como bien sabemos, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF técnicamente hablando y Declaración de la Renta, comúnmente hablando), es un impuesto parcialmente cedido a las autonomías, lo cual implica que tenga una parte de gestión estatal y una parte autonómica. La parte de gestión autonómica es la que le concede el carácter de “cedido parcialmente a las autonomías”. 

Además, el IRPF es un impuesto progresivo, que funciona por tramos; es decir, va aumentando según crecen los ingresos, tanto en términos absolutos, como en términos relativos. Para calcular qué cantidad debemos pagar a Hacienda, existen tramos del IRPF en los que aplicaremos un porcentaje distinto, teniendo en cuenta todas las rentas que se perciben (no solo las del trabajo). 

Ambas partes, o tramos siendo más técnicos, son gestionados por la Administración Central (tramo estatal) y por la Administración Autonómica (tramo autonómico). 

Las tablas de la renta en el tramo estatal son comunes a todas las autonomías, salvo a Navarra y País Vasco, que tienen las competencias fiscales transferidas completamente. Se dividen en cinco tramos diferentes que oscilan entre el 9,5% para los primeros 12.450 euros de renta (tramo inferior o mínimo) y el 22,5% para los niveles de renta superiores a los 60.000 euros. 

A este tramo estatal hay que añadir los correspondientes tramos autonómicos, en función de la residencia de cada sujeto pasivo. 

Por tanto, y como no puede ser de otra manera, el tramo estatal o nacional es idéntico para todos los españoles. Pero, es en el tramo autonómico donde, cada autonomía tiene cierto margen de maniobra, con el objetivo de adaptar este impuesto directo a las circunstancias de su región. En este sentido, cada autonomía puede: 

  • Añadir o quitar tramos, lo que le da mayor o menor escalabilidad o adaptabilidad al impuesto. 
  • Deducciones autonómicas, que le permiten a la autonomía para ajustar la carga fiscal de determinados colectivos menos favorecidos. 
  • Adaptar los tipos de IRPF de cada tramo, con el objetivo de adaptar la imposición directa a los ingresos generados. 

Este margen de maniobra hace que no resulte igual de costoso, fiscalmente hablando, y en el contexto de este impuesto, residir en una u otra autonomía. Así, por ejemplo, Extremadura cuenta con el tipo mínimo más bajo, mientras que el más alto se establece en Cataluña. Con respecto a los tipos más altos (tipos marginales, que se corresponden con niveles de renta superiores a 60.000 euros anuales), el tipo más bajo está en Madrid, y el más alto se paga en Extremadura, La Rioja, Valencia, Asturias y Cataluña. 

En la siguiente tabla vamos a hacer la comparativa de un español medio, con unos ingresos de 30.000 euros, lo que supone un sueldo neto de unos 1.625 euros mensuales, más dos pagas extraordinarias. 

Las características principales que vamos a comparar, de todos los tramos autonómicos son: 

  • Número de tramos. A mayor número de tramos, mayor adaptabilidad de los impuestos autonómicos a los niveles de ingresos de su población. 
  • Cuota de tributación en el tramo más bajo. En estos tramos, % más bajos pretenden realmente aligerar de impuestos a las clases menos favorecidas, mientras que tipos más altos persiguen una mayor carga fiscal para quienes menos pueden pagar. 
  • Cuota de tributación en el tramo más alto. En los tramos más altos, o tramos marginales, tipos más bajos no pretenden más que favorecer fiscalmente a las rentas más altas, y viceversa, tipos más altos pretenden someter a mayor carga fiscal a quienes más capacidad de pago tienen. En este tramo, es importante tener en consideración el nivel de renta en el que empieza a actuar. Porcentajes más bajos, pero que entren en niveles de renta máximos más bajos, pueden aparentar menor carga fiscal, cuando suponen justo lo contrario; y viceversa.
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